¿Una carretera ilegal atravesará la Amazonía boliviana?

Por Marielle Cauthin

8 de julio de 2022

El río Ichoa sería la última frontera natural que evita el avance de la apertura de camino para la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, en el extremo sur dentro del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure; mientras por el norte, brechas de unos 6 metros de ancho se dibujan bajo la sombra de los árboles más allá de la comunidad Santo Domingo, también dentro del parque nacional. Después de años de rechazo a este proyecto víal por los impactos socioambientales, vulneraciones a las áreas protegidas y a derechos indígenas, la vía continúa en expansión sin conocerse el Estudio de Impacto Ambiental y Licencia Ambiental que permita la construcción del tramo II y la ampliación del tramo III; mucho peor, sin una ley nacional que autorice atravesar la zona intangible o zona núcleo de esta área protegida.

Lejos de investigar el ilegal avance del trazo, un intenso lobby de la Gobernación de Beni se ha iniciado hace algunos meses para consolidar este proyecto carretero. No es una voz aislada, ya que instituciones como el Comité Cívico departamental y provinciales, así como la Cámara Agropecuaria de Beni han respaldado públicamente esta postura. De hecho, las últimas semanas, el gobernador junto a otras autoridades se han dado la tarea de realizar asambleas públicas en Trinidad y San Ignacio de Moxos para amplificar esta demanda, sumada a las quejas sobre los continuos bloqueos de carretera en la vía que los une con Santa Cruz.

El lobby que busca legitimar una carretera ilegal

Fuente: GADB, 2022. Asamblea de la Gobernación de Beni en San Ignacio de Moxos, 27 de junio de 2022.

Precisamente lo dicho en una asamblea realizada en junio en San Ignacio de Moxos, Beni, expresa a cabalidad los imaginarios y el discurso que buscan imponer la vía a través de este parque nacional: la subalternidad y dependencia de Beni frente a Santa Cruz, el supuesto avance de Cochabamba en la zona de límites no definidos en el TIPNIS, una élite agropecuaria con capacidad de inserción en los mercados nacionales e internacionales y el novedoso dato sobre el reconocimiento oficial de la apertura ilegal de la vía por sus dos extremos, avance que –lejos de ser interpelado- reconfigura un nuevo escenario donde no es necesario “hacer” una carretera, sino que prácticamente la carretera «ya se hizo sola».

Sobre el último punto, el gobernador Alejandro Unzueta afirmó en Moxos que “hay caminos, hay brechas” verificadas por esta institución mediante imágenes satelitales, así como videos “in situ” -como los grabados por un grupo de “motoqueros” que dicen haber atravesado el parque nacional desde San Ignacio para llegar a Villa Tunari-; actos que prueban a la autoridad que solo quedan “45 kilómetros que falta ampliar y después ya llegamos al [río] Ichoa que es Villa Tunari”. En la misma asamblea, el profesor beniano Eduardo Velasco Rivero -que expuso un memorial extenso sobre el viejo litigio fronterizo con Cochabamba-, filtró al gobernador y al público que una fuente le aseguró que existe un camino con mantenimiento desde San Antonio (de Moleto) hasta el río Ichoa, con lo que se confirmaría que en el extremo sur del TIPNIS la vía continúa en ampliación dentro del parque nacional (PN) y a las puertas de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Isiboro – Sécure.

Mapa del trazo de la carretera y denuncias de avance de la obra

¿Cómo podrían faltar 45 km de una carretera de más de 300 km, que no cuenta con estudios, licencias ni leyes específicas para atravesar al menos 120 km de la zona núcleo de un parque nacional y una TCO, protegidos por la Constitución Política del Estado, leyes nacionales e internacionales? Si bien el gobernador de Beni no se alerta por las graves ilegalidades que conllevaría la apertura de este camino, sí por las voces ambientalistas que rechazan la vía: “¡Y dónde están los ecologistas que no nos permiten hacer esos 45 kilómetros que atraviesan -como dicen- el corazón del TIPNIS!”, arengó ante su audiencia en Moxos, buscando legitimar una serie de actos ilegales, que habrían provocado la apertura de un camino carretero por el TIPNIS.

El irregular avance del tramo I y tramo III

Hay que recordar que la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) adjudicó la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, mediante Resolución RPC No. 0154/2008 de 1 de agosto de 2008 a la empresa brasileña OAS Ltda., firmándose el contrato ABC No. 218/08 GCT-OBR-BNDES el 4 de agosto de 2008. El contrato y su protocolo fueron aprobados por la Asamblea Legislativa mediante Ley No 0005 de 7 de abril de 2010, por la suma de 332 millones de dólares americanos provenientes de un préstamo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES). Este monto más la contraparte de Bolivia cubría el costo de la obra que llegaba a 415 millones de dólares.

El Documento Base de Contratación (DBC) para la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos Ruta F-24, publicado en marzo de 2008 -que acompañaba la Licitación Pública Internacional 001/2008- elaborado por la ABC no fragmentaba la carretera en tramos, hoy denominados I, II y III. Este DBC establecía una sola ruta con el siguiente detalle: “la carretera Villa Tunari San Ignacio de Moxos tiene una longitud aproximada de 306 km. y que pasaría por las siguientes poblaciones: Eterazama, Isinuta, Puerto Patiño [PN], Santísima Trinidad [PN], Puerto Santo Domingo [PN-TCO], Puerto Esperanza [PN-TCO], Monte Grande, El Retiro y San Ignacio de Moxos”.

Una vez segmentada la vía en tramos, tanto el tramo I por el sur y el tramo III por el norte contaban con Estudios Evaluación de Impacto Ambiental – Analítico Integral (EEIA-AI), realizados en 2010 por la empresa Connal SRL, contratada por OAS Ltda. Según la Petición de Informe Escrito (PIE) 890/2017-2018 del senado, se conoce que las Licencias Ambientales y las Declaraciones de Impacto Ambiental para los tramos I y III fueron emitidas en agosto de 2010 por el viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos y de Gestión y Desarrollo Forestal a la ABC, como Representante Legal del proyecto: Nº 031003-06-DIA-3784/10, proyecto denominado “Tramo 1: Villa Tunari – Isinuta” y Nº 080501-06-DIA-3786/10 proyecto denominado “Tramo 3: Monte Grande – San Ignacio de Moxos”. Según la Evaluación Estratégica Ambiental (Rumbol; Sernap, 2011), el tramo II –que atravesaría el PN y la TCO- no cuenta con Licencia Ambiental.

El gobierno de Bolivia inició el proceso de rescisión de contrato con OAS Ltda. en abril de 2012, por supuestos incumplimientos de obligaciones contractuales que afectaron el avance de las obras: “En el tramo I y III otra vez (hubo) incumplimiento en el trabajo de OAS, por eso hemos decidido, hemos iniciado un proceso de anulación de la construcción del camino Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, especialmente en el tramo I y III”, dijo Evo Morales en una conferencia de prensa, cuando para ese momento la presión social contra los impactos socioambientales de la vía ya era internacional.

Sin embargo, el proyecto carretero no se detuvo. Las empresas que continuaron trabajando en la carretera fueron: Empresa Boliviana de Construcción (EBC) y la Asociación de Mantenimiento Vial (AMVI) para el tramo I (Villa Tunari – Isinuta), con una inversión de 37 millones de dólares; y la estatal Agencia para el Desarrollo de las Macroregiones y zonas Fronterizas (ADEMAF) junto a la Fuerza Binacional de Ingeniería Social Bolivia-Venezuela para el tramo III, con una inversión de 144 millones de bolivianos, según registros de prensa. Todas estas empresas no realizaron sus respectivos estudios de EEIA-AI, lo que correspondería al ser parte de un nuevo proceso de contratación. Además, reportes de prensa sostienen que la empresa AMVI tenía como socios a tres federaciones de sindicatos cocaleros, por lo que se habría beneficiado a una parte interesada.

El 11 de septiembre de 2016, el entonces presidente Morales inauguró la carretera Villa Tunari – Isinuta con una extensión de 47.30 km. Este tramo termina en la frontera del Parque Nacional Isiboro Sécure y del llamado polígono 7, zona ocupada por sindicatos de familias colonizadoras. Por su parte, en junio de 2015, el vicepresidente Álvaro García Linera inspeccionó las obras del tramo III y afirmó que la carretera a iniciarse tendría el siguiente diseño: San Ignacio de Moxos – Monte Grande (81.42 km), Monte Grande – Río Sécure – Santo Domingo (48.3 km), con una extensión total de 128 km. Estos últimos 48.3 km no estaban contemplados en el Estudio de Impacto Ambiental de Connal SRL sobre el tramo III. Santo Domingo formaba parte del tramo II pues se encuentra dentro el PN y la TCO. Tampoco se conoce un nuevo Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental que haya incorporado los estudios sobre esta ampliación al tramo III.

Ya en 2017, el gobernador de Beni por el partido de Evo Morales, Alex Ferrier, declaraba: “Todavía no hemos llegado hasta Santo Domingo, pero ya se tiene levantamiento de terraplén, alcantarillas y, sobre todo, las conexiones de las comunidades a la carretera troncal”; ese año se esperaba la inauguración de la fase 1 de este tramo III: una plataforma de 9.2 metros de ancho, un terraplén de un metro de altura y dos puentes de hormigón en el río Itecore (30.60 m.) y en el río Sénero (40.60 m.). Se sabe que desde San Ignacio de Moxos a Monte Grande del Apere -ubicados fuera del TIPNIS- existe una consolidad carretera de tierra. De Monte Grande del Apere a Santo Domingo existe un camino precario abierto para la explotación forestal (com. pers. Subcentral TIPNIS, 2017).

El ilegal avance del tramo II

Cinco años más tarde, el nuevo gobernador de Beni afirma que solo faltan 45 km de vía para terminar el llamado tramo II, lo que sería igual a afirmar que ya se ha penetrado a la zona núcleo del PN, sin autorización del gobierno, sin control del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), sin Evaluación Ambiental Estratégica (EIA), sin consulta a la TCO y sin normativa nacional que avale la obra. Una revisión del perímetro del TIPNIS con mapas satelitales deja ver cómo se dibujan brechas camineras ilegales bajo la sombra de los árboles, estas brechas de unos 6 metros de ancho cruzan el río Sécure por el norte muy cerca de la zona núcleo del TIPNIS, que se encontraría en grave riesgo de ser avasallada.

El tramo II parte del pueblo de Isinuta en Cochabamba, límite sur del TIPNIS, e inicialmente se extendía hasta Monte Grande del Apere, luego fue recortado hasta la comunidad Santo Domingo en Beni, según la ABC. Es el tramo de mayor conflictividad porque atravesaría el área mejor conservada del TIPNIS en términos biológicos, correspondiente a la demarcación de zona núcleo que goza de máxima protección. La Evaluación Ambiental Estratégica (Rumbol; Sernap, 2011) afirmó que existe un vacío legal para este tipo de obras en parques nacionales y mucho más en zonas de alta preservación como las zonas núcleo, por lo que al menos se requeriría de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), un proceso de consulta pública y una ley específica que lo autorice.

Trazo en línea recta desde los puntos donde se visibilizan brechas camineras dentro el TIPNIS

Fuente: Villalobos G., 2022.

Pese a todo esto, entre julio y agosto de 2017 y marzo de 2018 comunarios y medios de comunicación denunciaron el avance de la construcción de obras del tramo II. En 2016, mientras estaba vigente Ley 180 de intangibilidad del TIPNIS, la ABC y las empresas AMVI y Sergut firmaron los contratos para la construcción de tres puentes dentro el tramo II, que avasalla el perímetro del parque nacional: puente Isiboro (o Isiboru) de 250 metros de largo a un costo de 4.9 millones de dólares, puente Ibuelo (o Ibuelito) de 120 metros con un costo de 2.3 millones de dólares y puente Sazama (o Zajsajsama o Sasasama) de 150 metros con un costo de 2.7 millones de dólares. El gobierno había proyectado entregar las tres obras en 2018.

El Ministerio de Obras Públicas se escudó en el Decreto 1146 del 24 de febrero de 2012 y en una resolución del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAA) de 4 de febrero de 2014, que establece la “norma técnica que habilita la construcción y rehabilitación de puentes”: “Una licencia ambiental que tiene afectación al medio ambiente tiene categorización 2; este proyecto ha tenido una categorización 3 que prácticamente no tiene afectación, entonces no está clasificada en ese grupo de megaobras, por lo tanto, no hemos infringido la ley de intangibilidad”, fue la respuesta del ministro de Obras Públicas, Milton Claros, en 2017.

Según los artículos 24, 25, 26, 27 y 28 de la Ley 1333 de Medio Ambiente, en el capítulo IV sobre evaluación de impactos ambientales, establece que todas las obras, actividades públicas o privadas, con carácter previo a su fase de inversión, deben contar obligatoriamente con la identificación de la categoría de evaluación de impacto ambiental (Art 25). Las obras, proyectos o actividades que por sus características requieran del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental, según lo expresado en este artículo, con carácter previo a su ejecución, deberán contar obligatoriamente con la Declaratoria de Impacto Ambiental (Art. 26). El tramo II de la carretera no cuenta con una categorización de impacto ambiental, que seguramente sería grado 1 por su nivel de afectación, ni tampoco cuenta con un EEIA, Licencia Ambiental (LA) – Declaratoria de Impacto Ambiental (DIA), porque –como dice la Evaluación Ambiental Estratégica- no hay leyes que respalden la afectación a parques nacionales sobre todo en sus zonas núcleo.

El artículo 16 del Reglamento a la Ley de Medio Ambiente sobre EIA indica que uno de los criterios para establecer la categoría de EEIA es su “localización próxima a: áreas protegidas, a recursos naturales que estén catalogados como patrimonio ambiental, a áreas forestal o de influencia, o poblaciones humanas susceptibles de ser afectadas de manera negativa”. En este entendido, según la normativa boliviana, la categoría EEIA se establece para áreas colindantes a áreas protegidas, pero no dentro de áreas protegidas. Es tan grave hablar de un posible avasallamiento a la zona núcleo del parque nacional, que en 2011 el viceministro de Medio Ambiente, Juan Pablo Ramos, y su director de Medio Ambiente, Luis Beltrán, renunciaron por negarse a firmar la Licencia Ambiental de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos que atravesaría el TIPNIS. Juan Pablo Ramos fue reemplazado por Cynthia Silvia Maturana, que sin sonrojarse firmó las LA – DIA para autorizar los tramos I y III de la carretera, pero no el tramo II por el conflicto que esto conllevaría.

Tan solo con estas observaciones sobre la moficación al tramo III que avasalla el PN por el extremo norte y cualquier apertura de camino que hiciese dentro el PN-TCO las Licencias Ambientales para el tramo III quedarían anuladas, además de demostrarse serias ilegalidades con responsabilidades a los autores de las obras del tramo II. Según el artículo 64 del Reglamento General de Gestión Ambiental de la Ley 1333, las Licencias Ambientales quedarán sin efecto: “c) por modificación o ampliación de la actividad inicial; d) por incumplimiento a la legislación ambiental”. De la misma manera el artículo 96 del mismo reglamento indica que: “Constituyen contravenciones a la legislación ambiental las previstas en el art. 99º de la Ley del Medio Ambiente:  a) iniciar una actividad o implementar una obra o proyecto sin contar con el certificado de dispensación o la DIA [Declaración de Impacto Ambiental], según corresponda; (…) e) alterar, ampliar o modificar un proyecto, obra o actividad sin cumplir el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA)”.

Si hay carretera hay megadeforestación, lo confirma Unzueta

Según el gobernador Unzueta, en el TIPNIS actualmente “hay más de 2.300 concesiones forestales” y solo en el llamado polígono 7 –según la primera autoridad de Beni- se han deforestado 230 mil hectáreas: “más del 65 % del polígono 7”; paradógicamente, para Unzueta, el problema no son las alarmantes cifras que lanza, sino que “ni siquiera los benianos aprovechamos de regalías forestales, nos ingresan 200 mil bolivianos al año”, se lamenta. Empero, las cifras que lanza el gobernador requieren someterse a revisión, pues el polígono 7 tiene una extensión de aproximadamente 100 mil hectáreas, es decir, cubre el 12 % del parque nacional. Así que no podría haberse deforestado el doble de su misma extensión dentro sus mismos límites.

Pero efectivamente la deforestación en esta zona es alarmante y fue propiciada por el histórico avance de la colonización precisamente favorecida por un camino y un puente: el puente de Eterasama construido en 1971 y la apertura de un camino de penetración por Puerto Patiño promovido para prospección petrolera (Rumbol; Sernap, 2011). Según los datos proporcionados por Vargas et al. (2012), la deforestación en el TIPNIS se ha concentrado históricamente en este polígono. Estudios recientes indican que el TIPNIS perdió 46.000 hectáreas de bosque entre 2000 y 2014, lo que representa el 3.6 % del total del parque nacional (Fernández-Llamazares A.; Helle J.; et al., 2018). El 58 % de esta pérdida de bosques se habría producido en un radio de 5 kilómetros alrededor de la carretera preexistente en el llamado polígono 7, conectado a la carretera troncal de Villa Tunari. Datos de 2018 demuestran que la tasa de pérdida de bosque en este polígono es ocho veces más alta que en el resto del TIPNIS y el doble que en toda la Amazonía boliviana (Fernández-Llamazares A.; Helle J.; et al., 2018). A este ritmo, Vargas et al. (2012) predijeron la deforestación del 64 % (610.848 ha) del PN en 18 años si se construye la carretera; y una pérdida forestal del 43 % si no se controla la expansión colonizadora del polígono 7, aunque no se construya la carretera.

Fuente: Vargas T. et al. (2012).

En 2014, un saneamiento del INRA reconoció y otorgó títulos de propiedad individual a los sindicatos de este polígono en calidad de “74 comunidades” (Cauthin, 2021), que se dedican casi exclusivamente al cultivo de coca. De hecho, en 2021 la UNODC confirmó la existencia de 1.373 ha de cultivos de coca en el polígono 7 y 27 ha en el PN, lo que convierte al TIPNIS en área protegida con más cultivos de hoja de coca en todo el país. El cultivo de coca genera un triple fenómeno: ampliación de la frontera agrícola, monocultivo intensivo con agroquímicos (Rumbol; Sernap, 2011) y “narco-deforestación” (Fernández-Llamazares A.; Helle J.; et al., 2018) Precisamente, Marcial Fabricano, exdirigente indígena convocado por Unzueta a una asamblea, se quejó porque “los productores y cultivadores de coca ya tienen comunidades para contratar solo para cosechadores de coca. Los jóvenes están como que contratados para la seguridad de esa región”, dijo, aludiendo al avance de la actividad del narcotráfico de la mano de la expansión de cultivos ilícitos de coca.

Se debe mencionar también que la deforestación afecta al extremo norte del TIPNIS, en concreto al alto Sécure que forma parte del tramo III de la carretera. El problema fue iniciado por las concesiones forestales en el límite de la frontera de amortiguación, donde los caminos de tierra fueron abiertos por las mismas empresas forestales legales e ilegales que explotan valiosas especies forestales. Al menos seis empresas ejercían una fuerte presión sobre los recursos maderables del TIPNIS: San Ambrosio Herber, Cimagro, Fátima, Suri, Huanca Rodríguez e Isigo SRL. El negocio de la madera implicó en el TIPNIS “una herramienta de disociación social y debilitamiento de las reglas comunitarias e intercomunitarias para aprovechar el bosque” (Rumbol; Sernap, 2011). Actualmente no hay un seguimiento serio ni por parte del SERNAP, ni la gobernación ni la ABT u otras instancias sobre la magnitud de la explotación forestal legal e ilegal y nuevos asentamientos humanos en este extremo del parque nacional. El punto 9.2.6. del EEIA del Connal para el tramo III advierte sobre procesos de colonización en esa zona que afectarían a los territorios indígenas TIM (Territorio Indígena Multiétnico) y TIPNIS, por lo que estas TCO deberían tener una “planificación de desarrollo estratégica que considere mecanismos de protección” (Connal SRL, 2010).

Existe abundante evidencia científica respecto a que la pérdida de bosques se amplifica alrededor de caminos recién construidos y/o pavimentados en bosques tropicales de África y de la Amazonía, donde Brasil es el caso más emblemático (Pfaff, 1999; Laurance, W.F., Sloan, S. et al., 2015; Barber, C.P., Cochrane, M.A. et al., 2014; Alamgir, M., Campbell, M.J. et al.; 2017; Alves, 2000; Mertens C., 1997). Las carreteras secundarias o sendas de penetración aumentan la extensión espacial de la alteración del hábitat, el caso de las sendas y brechas del polígono 7 lo confirma.

Fernández-Llamazares, Helle et al. (2018) citan el caso de deforestación en la Amazonía brasileña para explicar un posible escenario similar en el TIPNIS; pues en Brasil por cada kilómetro de carretera legal hay casi tres kilómetros de caminos ilegales dentro la Amazonía. Debido a esto, se ha argumentado que la única forma de evitar pérdidas forestales en áreas con alto valor de conservación ecológica es mantenerlos libres de carreteras. Vale decir con esto que no existen “carreteras ecológicas” en bosques tropicales como la Amazonía boliviana, que la única medida ecológica que pueden tomar los gobernantes es no hacer carreteras a través de áreas protegidas biodiversas, además de controlar y prohibir totalmente la apertura de brechas viales.

La promesa de Evo cumplida por sus opositores

En febrero de 2021, durante la campaña electoral, Evo Morales prometió nuevamente una carretera por el TIPNIS: “Ya teníamos plata, con contrato firmado, construir el camino San Ignacio de Moxos-Villa Tunari; eso hubiera estado terminado, como la derecha perjudica está paralizado (…) Hermanas y hermanos: con Lucho presidente, (el) compañero gobernador Alex (Ferrier y el) Alcalde vamos a terminar esas grandes obras de integración”, dijo. Su partido perdió en Beni y resultó ganador como gobernador Alejandro Unzueta, bajo la sigla del Movimiento Tercer Sistema (MTS), partido del contrincante Félix Patzi.

Cuando Evo buscaba imponer la vía, no tuvo el apoyo del Comité Cívico ni de la Cámara Agropecuaria de Beni, sectores opositores que ahora sí apoyan la vía. Estas voces se unen, por ejemplo, a dirigentes indígenas aliados al MAS que también abogaron por el sueño de Evo. Entre ellos están, por ejemplo, Carlos Fabricano, exfuncionario de la gobernación del Beni, su esposa exdiputada indígena del TIPNIS por el MAS, Ramona Moye. Fabricano presionó a varias comunidades, sobre todo chimanes, para que acepten el proyecto carretero. En mayo pasado pedía desde su perfil de Facebook “la vinculación San Ignacio Cochabamba ya (sic)”, contra el bloqueo de caminos en la vía que conecta Trinidad con Santa Cruz.

Ahora Unzueta extrapola el llamado “modelo cruceño” agroextractivo para Beni: que las más de 72 mil hectáreas de arroz que produce Beni salgan por esa vía, que los ganaderos de Moxos ya no vendan torillos si no carne envasada al vacío, y no solo vender sus productos a Cochabamba y La Paz, sino conectar sus productos con un corredor bioceánico, que incluso desplazaría a Santa Cruz “porque Brasil la utilizaría para llegar a los puertos del océano Pacífico al ahorrarse 1.200 kilómetros de recorrido”, apuntó. La Cámara Agropecuaria también habla de ahorrarse unos cientos de kilómetros para llegar a los puertos del Pacífico por Desaguadero. Por lo pronto, lo único que sale por esas vías son enormes troncos que dejan un enorme vacío en el bosque.

Referencias

Archivo Documental Isiboro Sécure (2018) Metro a metro, Gobierno avanza carretera dentro del TIPNIS. En: Tipnisbolivia.org.

Cauthin M. (2021) Un cuestionado saneamiento que maquilla cultivos de coca en áreas protegidas. En: LosTiempos.com

Cauthin M. (2018) Pérdida de bosque en el TIPNIS va unida a las carreteras y a los cultivos de coca. En: Tipnisbolivia.org

Cauthin M. (2018) ¿Qué sabemos de los Estudios de Impacto Ambiental de la carretera por el TIPNIS? En: Tipnisbolivia.org

Cauthin M. (2018) Sin planes forestales, el TIPNIS pierde miles de hectáreas de bosques. En: Tipnisbolivia.org

Fernández-Llamazares A., Helle J., et al. (2018) New law puts Bolivian biodiversity hotspot on road to deforestation. En: Current Biology 28, R1–R16, January 8, 2018

Fundación Solón (30/08/18) La carretera por el TIPNIS ¿cómo nos afecta?

Gobierno Autónomo Departamental de Beni (28/06/22) Gobernador aborda con instituciones de San Ignacio de Moxos la construcción de la carretera.

Paredes I. (5/06/22) Resurge la presión para entrar al Tipnis y ‘terminar los 70 km’ de vía que faltan. En: Eldeber.com.bo

Publiagro (19/06/2022) Gobernador de Beni abre debate para retomar carretera ecológica por el Tipnis ante constantes bloqueos en Santa Cruz. En: Publiagro.com.bo

Publiagro (19/06/22) Respaldan la construcción de carretera entre San Ignacio de Moxos a Cochabamba. En: Publiagro.com.bo.

Vargas T. et al. (2012) Compensación por servicios ambientales de carbono. Una alternativa para reducir la deforestación en el TIPNIS. Embajada Real de Dinamarca; Fundación Natura; Fundación PIEB, 2012.

El Archivo Isiboro Sécure presente en Jornadas Internacionales de Patrimonio

El proyecto Codicis Bolivia conformado por la Universidad Católica Boliviana sede Tarija y la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz organizan las Primeras Jornadas Internacionales de Archivos y Bibliotecas Patrimoniales, del 27 al 29 de octubre modalidad virtual. El evento está dirigido a especialistas, personal dedicado a archivos y bibliotecas patrimoniales y público en general, con más de 40 expositor@s que expondrán experiencias y el estado de situación del patrimonio docuemnatal en Bolivia.

El compendio documental Isiboro Sécure estará presente para hablar sobre preservación, memoria y democratización de la información este viernes 29 de octubre a horas 9.00 am: Ver programa en este enlace.

Este archivo está compuesto por casi 800 documentos de distinta naturaleza, que abarcan los últimos 30 años de historia de la región amazónica de los ríos Isiboro y Sécure. Es una experiencia de rescate, recopilación, digitalización y clasificación de documentos para mejorar y democratizar el acceso a la información en población indígena, joven y de base comunitaria: un corpus del archivo se encuentra ubicado en la Unidad Educativa Instituto Técnico Agropecuario Kateri Tekakwitha sobre el río Isiboro en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), otro corpus se encuentra en la ciudad de Trinidad en la Pastoral Indígena -junto a un respaldo en disco externo-, y la misma documentación se alberga en la página web: tipnisbolivia.org. Con base en el compendio, se trabajó en procesos de memoria social con estudiantes indígenas y algunos comunarios y comunarias, un avance para futuros procesos de gestión territorial y cambios socioculturales en las tierras bajas de Bolivia.

Transmisión por: 

Youtube UCB – Sede Tarija                                               

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Divisiones y tomas de oficinas: ¿qué ocurre en el TIPNIS?

Inicia un nuevo ciclo de conflictos en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) por el cambio de nueva dirigencia. Las disputas son contra el directorio saliente encabezado por Domingo Nogales -cuyo mandato feneció la gestión pasada-, desconocido por varias comunidades desde 2017, luego de haber avalado la derogación de la Ley 180 de intangibilidad en beneficio de los proyectos extractivos impulsados por el gobierno de Evo Morales. A partir de ese momento funcionó una dirigencia paralela crítica a esta decisión, que en diciembre pasado -junto a varias comunidades- convocó al 35 encuentro para elegir una nueva dirigencia contra el prorroguismo de Nogales. Actualmente la Central de Pueblo Étnicos Mojeños de Beni (CPEMB) ha pedido que ambos grupos desalojen las oficinas y que un comité ad hoc convoque a un nuevo encuentro en mayo para elegir otra directiva legítima.

Desde 2017 funcionaron dos dirigencias del Tipnis: una dirigencia paralela crítica que en 2018 interpuso una denuncia ante el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza por los previsible impactos de actividades extractivas en el Tipnis, como ser la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos. Así, mientras la dirigencia de Nogales funcionaba en las oficinas de la Subcentral Tipnis, la dirigencia paralela funcionaba en las oficinas de la Subcentral Sécure, ambas de la ciudad de Trinidad.

Ante la culminación de funciones del directorio de Nogales (y por ende de la dirigencia paralela crítica), varias comunidades demandaron la convocatoria a un encuentro de corregidores (autoridades comunitarias) para una nueva elección de directorio. Fruto de este 35 encuentro salió electo un nuevo directorio encabezado por Benigno Noza, conocido por ser un comunario que defiende el territorio y rechaza la carretera y otros proyectos extractivos en el Tipnis. El señor Noza en uso de sus atribuciones tomó las oficinas de la Subcentral Tipnis en diciembre pasado, sin una directiva que lo reciba. Cabe aclarar, que esta fracción ha aclarado -según declaraciones de la antropóloga especialista en la zona Sarela Paz- haber realizado una convocatoria conforme establecen los estatutos internos del Tipnis: convocaron a todas las comunidades e incluso a la dirigencia de Nogales, así como a la dirigencia crítica a Nogales, asumiendo que el intento de Nogales era prorrogarse en un cargo que ya no le competía.

Entrevista a la antropóloga Sarela Paz sobre el conflicto

Sin embargo, el pasado 9 de febrero, las oficinas de la Subcentral Tipnis nuevamente fueron tomadas por un bloque de comunarios y dirigentes de otras comunidades, sobre todo del Consejo Indígena del Sur (Conisur) -que representa las comunidades yuracarés de la zona avasallada por sindicatos productores de hoja de coca y que por esa razón están influenciados por cocaleros-. Junto a este grupo estuvo Fernando Vargas, excorregidor del Tipnis, cabeza de la VIII Marcha en defensa del Tipnis contra la carretera y recientemente funcionario del gobierno transitorio de Jeanine Añez. Como sostiene Sarela Paz, la presencia de este dirigente contra la nueva directiva crítica a la vía, se debe a un cambio de posición política: antes representaba los intereses antiextractivistas y ahora no, de hecho, la especialista subraya que Vargas haya estado actúando junto a Carlos Fabricano, esposo de una exdiputada indígena del Tipnis por el partido de Evo Morales y funcionario de la gobernación del Beni ocupada por el MAS, persona que presionó a varias comunidades, sobre todo chimanes, para que acepten el proyecto carretero.

Toma de las oficinas de la Subcentral Tipnis por grupos afines a Conisur

Por su parte, el directorio de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (CPEM-B), a la que está afiliada la Subcentral TIPNIS, decidió este miércoles dejar sin efecto los mandatos de las dirigencias que disputan la representación del territorio y convocó a un nuevo encuentro de corregidores para el 15 de mayo en la comunidad San Miguelito. La decisión fue asumida junto a cinco corregidores representantes de la Subcentral del Tipnis y cinco del Consejo Indígena del Sur (Conisur), quienes avalaron esta medida.

“Los puntos centrales abordados en la reunión orgánica han establecido que (…) ante la falta de unidad orgánica, que debilita las acciones para enfrentar esta y otras necesidades que viene sufriendo el territorio, se han tomado las siguientes definiciones con la finalidad de superar la división orgánica y avanzar hacia la implementación y consolidación del fortalecimiento orgánico”, expresan en el acta de reunión que desarrollaron este miércoles.

Actualmente el territorio se enfrenta a varios problemas estructurales, entre los que está la debilidad orgánica, la falta de una agenda reivindicativa que aborde el problema del área protegida Tipnis y el cambio de director y guardaparques, así como combatir la pandemia y las previsibles inundaciones estacionales.

Marcial Fabricano Noe con problemas de salud

Marcial Fabricano Noe, líder indígena durante la Primera Marcha Indígena Por el Territorio y la Dignidad de 1990, se encuentra internado en Trinidad por Covid-19.

Marcial Fabricano Noe en su ultimo cumpleaños.
Marcial Fabricano Noe en su ultimo cumpleaños, 2019.

Marcial fabricano nació un 10 de julio de 1953 en San Lorenzo de Moxos (Beni), muy joven se trasladó a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra a trabajar, allá conoció a su esposa Ruth Ortega. Pronto volvió a su tierra natal, el Beni, trasladándose a Puerto San Lorenzo, en el recientemente creado Parque Nacional Isiboro Sécure. Allí comenzó a darle valor a su idioma materno, el mojeño, y a practicarlo con sus parientes y demás allegados. Sus padres fueron lomasanteros, es decir, buscadores de la Loma Santa, movimiento mesiánico inaugurado por el líder espiritual Andrés Guayocho en el siglo XIX.

Marcial Fabricano en el Seminario sobre Manejo de Recursos Naturales del TIPNIS, 1990. Foto: CIDDEBENI.

En Puerto San Lorenzo, Marcial comienza a predicar el evangelio al resto de los comunarios y desde entonces su figura se consolida como una autoridad espiritual en la comunidad, a la que acuden numerosos comunarios para resolver conflictos familiares y recibir la narración del evangelio. A las orillas del río Sécure, Marcial y su esposa Ruth comienzan una larga vida que pronto les dará sus primeros hijos.

Marcial Fabricano (de pie) participando en el Seminario Internacional sobre Bosques Tropicales en Bolivia, 1989. Foto: CIDDEBENI.

El 24 de julio 1988, Marcial junto a comunarios de Puerto San Lorenzo y otros de comunidades cercanas, crean la Subcentral de Cabildos Indigenales de la Región Isiboro – Sécure, durante el primer encuentro de corregidores y representantes indígenas de la región. Los asistentes a la reunión nombran a Marcial Fabricano Noe, presidente de la organización territorial, compartiendo la directiva con el vicepresidente Rufino Yaveta, el secretario Raúl Nosa y el tesorero Justo Guaji.

De izquierda a derecha: Marcial Fabricano, Tomás Ticuazu y Ernesto Noe. En la Primera Marcha de 1990. Foto: CIDDEBENI.

En 1990, Marcial Fabricano participa activamente en la Primera Marcha Indígena Por el Territorio y la Dignidad, encabezando la movilización junto al mojeño Ernesto Noe y al sirionó Tomás Ticuazu. La marcha logró el reconocimiento de los pueblos indígenas de la Amazonía boliviana por parte del Estado, así como la titularidad de tres de sus territorios indígenas en favor de sus organizaciones territoriales. Entre esos territorios está el Isiboro – Sécure, que pasó a denominarse Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) luego de la promulgación del Decreto Supremo 22610 de 1990.

El profesor Arnaldo Lijerón (con sombrero) entrevistando a Marcial Fabricano durante la Primera Marcha de 1990. Foto: CIDDEBENI.

En 1997 Marcial es candidato a vicepresidente por el partido político Movimiento Bolivia Libre (MBL). Asimismo, el Tata mojeño ocupó varias carteras dirigenciares tanto de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB) como de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB). También, en 2002 ocupó el cargo de viceministro de Asuntos Indígenas durante el gobierno de Gonzalo Sanchez de Lozada.

Durante los últimos años, se ha dedicado junto a su esposa a administrar una pequeña tienda en el Mercado Campesino de Trinidad, donde vende alimentos, pan y es muy conocido por preparar de forma casera y vender una rica chicha «camba». Allí nunca faltan las reuniones con sus amigos para charlar sobre política y la situación de los pueblos indígenas, el TIPNIS y temas relacionados con el medio ambiente.

Una reflexión permanente de Marcial durante estos últimos años, tiene que ver con realizar un llamado a los primeros marchistas y demás ancianos mojeños y yuracaré del TIPNIS para juntos recorrer en canoa todas las comunidades del territorio con el objeto de unificar las organizaciones territoriales y consolidar la defensa territorial frente a los proyectos extractivos.

Y es que en los últimos años, Marcial nos ha demostrado ser un acérrimo defensor de la vida y del TIPNIS, por ende opositor al proyecto carretero Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, que atravesaría el corazón del territorio indígena fomentando la colonización de la región por sindicatos de colonos, ganaderos y transnacionales.

Por eso mismo, y -además- en este contexto tan duro de crisis socioambiental global, necesitamos compañeros como vos, Marcial, con el que intercambiar ideas y acciones concretas para mejorar el entorno que nos rodea. Te mandamos buenos pensamientos y deseamos tu pronta recuperación Tata. Desde aquí, también queremos mandarle mucho animo a toda la familia, que ahora se encuentra en cuarentena, en especial a su esposa, que se encuentra muy afectada por la situación, y a su hijo Ronald que está pasando por la misma enfermedad.

Marcial Fabricano en Trinidadcito, esperando la llegada de los miembros del Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza, 2019. Foto: Coordinadora de Defensa de los Territorios.

24 de julio de 1988: a 31 años de creación de la Subcentral TIPNIS

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Directorio de la Subcentral de Cabildos Indigenales de la Región Isiboro Sécure, 1988. / Fotografía en posesión de Marcial Fabricano

Tal día como hoy, un 24 de julio de 1988 se constituye la Subcentral de Cabildos Indigenales de la Región Isiboro Sécure (en la actualidad denominada Subcentral TIPNIS) en la comunidad de Puerto San Lorenzo del Parque Nacional Isiboro Sécure, hoy Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

Mojeño, yuracaré y tsimane’ se organizan

Todo tuvo lugar durante el I Encuentro de Corregidores y Representantes Indígenas de la Región Isiboro-Sécure en la comunidad indígena Puerto San Lorenzo, sobre el río Sécure,  los días 21, 22, 23 y 24 de julio de 1988. En el evento participaron representantes indígenas mojeños y yuracaré de las comunidades: Puerto San Lorenzo, Natividad del Plantota, Concepción de Imose, Trinidacito, San Lorenzo de Mojos, San Francisco de Mojos, San Luis de Mojos, San Ramón del Ichoa, San José de Patrocinio, Nueva Lacea,San Pablo, Puerto Totora, así como participantes indígenas de la capital departamental Santísima Trinidad.

El encuentro fue convocado por la Central de Cabildos Indigenales Mojeños (CCIM) a solicitud de las comunidades. En el encuentro se consideraron temas como la posesión, tenencia y titulación de la tierra, el tráfico inescrupuloso de flora y fauna por personas ajenas al Parque Nacional y la colonización de tierras del Parque Nacional desde Cochabamba. El encuentro se desarrolló con el apoyo de la Central de Cabildos Indigenales Mojeños, el Cabildo Indigenal de la Santísima Trinidad, la Casa de la Cultura del Beni y el Centro de Información y Documentación para el Desarrollo del Beni (Ciddebeni).

Resoluciones

Entre otras cosas, los participantes del encuentro resolvieron llevar adelante la lucha por los derechos indígenas, demandar servicios básicos de salud y educación para las comunidades, organizar a las mujeres indígenas, mantener las lenguas nativas y crear una subcentral de corregidores y representantes de la región Isiboro Sécure (vea aquí la resolución del I Encuentro).

En este sentido y como primera ejecución de las demandas de las comunidades, el 24 de julio se conformó el directorio de la Subcentral de Cabildos Indigenales de la Región Isiboro Sécure a la cabeza de Marcial Fabricano (presidente), Rufino Yaveta (vicepresidente), Raúl Nosa (secretario de actas), Justo Guaji (tesorero), Honorato Moy (secretario de salud y educación), Carlos Cayuba, Raimundo Moy y Carmelo Maleca (responsables de organización), Benita Fabricano (vinculación femenina), Felix Cayuba, Luis Nosa, Erminio Fabricano, Francisco Temo y Florentino Tamo (vocales). Además, ese mismo día se conformó la Subcentral de Mujeres Indigenas a la cabeza de Leticia Moye.

A 31 años de creación de la Subcentral del Isiboro-Sécure

La Subcentral nació como un instrumento político y social con el objetivo de interpelar al Estado neocolonial boliviano en la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas y la titulación de las tierras que han ocupado durante siglos. En la actualidad, la lógica y estructura de las organizaciones indígenas se ha tornado funcional al Estado mediante la cooptación de los dirigentes por los gobiernos de turno (en especial durante el gobierno de Evo Morales), lo que ha provocado una crisis organizacional sin precedentes en la historia contemporánea de Bolivia. Una crisis que en el TIPNIS ha provocado la existencia -en la actualidad- de al menos cinco organizaciones indígenas.

En un momento de tanta debilidad y fragmentación organizacional en el territorio boliviano, tenemos la esperanza de que este recordatorio pueda ser un llamado a la reflexión orgánica de las formas de organización de las comunidades indígenas en la región del Isiboro-Sécure y otros territorios de Bolivia.

 

Tribunal internacional apoya la lucha indígena para proteger la Amazonía

AIDA – Américas, 20 de junio de 2019

“La selva más hermosa del mundo”. Así describió Alcides D’orbigny, biólogo francés, el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) tras explorar Bolivia entre 1830 y 1833.

Ubicada entre los departamenos de Beni y Cochabamba, el Tipnis es un área natural protegida que abarca unos 12.363 kilómetros cuadrados en la Amazonía boliviana. Es uno de los sitios con mayor biodiversidad del mundo y hogar de diferentes pueblos indígenas, entre ellos los Mojeños Trinitarios, los Tsiman y los Yuracaré.

Pese a su condición de Parque Nacional y Territorio Indígena, desde hace décadas que se busca construir en el sitio una carretera, dividiéndolo en dos y causando graves daños ambientales y sociales, algunos de los cuales ya han ocurrido pues dos de los tres tramos de la vía ya fueron construidos.

Sin embargo, la lucha de los pueblos indígenas del Tipnis por defender su territorio y modos de vida no ha cesado. Y recientemente obtuvieron una victoria que constituye un precedente legal internacional para la protección del ambiente y los derechos humanos.

El mes pasado, el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza (TIDN) dictaminó que el Estado boliviano “violó” los derechos de la naturaleza y de los pueblos indígenas que habitan el Tipnis por alentar la construcción de la carretera.

El Tribunal, integrado por personas comprometidas con el ambiente, fue creado en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, en abril de 2010, cuando se firmó además la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra.

Su función es establecer e investigar cualquier violación de derechos estipulados en la Declaración y en las normas internas de cada país. Determina si hubo o no violación y quién es responsable. Realiza recomendaciones, opiniones consultivas y puede determinar medidas provisionales.

Mujer y niña indígena del TIPNIS con su traje típico

la defensa indígena de la Amazonía boliviana

La resistencia de pueblos indígenas a la construcción de una carretera en medio del Tipnis lleva años y ha traído mucho sufrimiento. El episodio más doloroso ocurrió en 2011 cuando más de 100 indígenas que marchaban a La Paz, sede del gobierno boliviano, fueron brutalmente reprimidos por policías. Pese a ello, esa movilización logró la promulgación de una ley que otorgó al parque nacional la condición de “zona intangible” o reserva absoluta.

Lamentablemente, seis años después, esa ley quedó sin efecto cuando se promulgó una nueva ley mediante un proceso más que expedito.

Representantes de los pueblos indígenas del Tipnis denunciaron éste y otros hechos ante el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, organismo que aceptó considerar el caso en enero de 2018 y que decidió enviar una comisión internacional de observadores que visitó la zona para entrevistarse con todos los actores involucrados.

Los representantes indígenas denunciaron ante el Tribunal que pese a tratarse de un solo tramo, el proyecto fue presentado por separado, con tres fases o tramos, de los cuales solo falta construir el central.

Otras irregularidades incluyen la adjudicación del proyecto a una empresa brasileña sin contar con la evaluación de impacto ambiental; y la falta de una consulta adecuada a las comunidades indígenas afectadas.

En la sentencia emitida el 15 de mayo, el Tribunal, además de encontrar responsable al Estado boliviano de la violación de derechos, solicitó medidas de cumplimiento inmediato, entre ellas:

  1. La paralización definitiva de cualquier avance en la construcción de la carretera;
  2. Reconocer las facultades de los pueblos indígenas, como su autonomía territorial y su derecho a la consulta previa, para garantizar su control dentro del Tipnis;
  3. Anular la ley que le quito la cualidad de zona intangible al Tipnis;
  4. Detener el avance de la colonización hacia la zona central del parque nacional;
  5. Anular los planes de expansión petrolera en el sitio;
  6. Aplicar efectivamente las normas que garanticen la protección de los derechos de la Madre Tierra; y
  7. Garantizar a los pobladores indígenas el cumplimiento de su papel fundamental como defensores de la Madre Tierra.

marcha tipnis

Lo que viene para el Tipnis

Aunque la sentencia del Tribunal no es de cumplimiento obligatorio, es un precedente establecido por un tribunal ético y reconocido. Por ello la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca del Amazonas, una organización indígena internacional, anunció que usará el fallo como instrumento de prueba para llevar el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La situación es compleja.

La construcción del tramo que falta fue suspendida tras perderse el crédito para su ejecución, pero algunos sectores defienden la vía como obra fundamental para conectar el centro y el norte del país, facilitando además el acceso a servicios básicos y a otras oportunidades de desarrollo para las comunidades del Tipnis. Por otro lado está la degradación ambiental de una zona rica en biodiversidad pues la carretera sería solo el origen de otras actividades dentro del área protegida.

Creo que nadie tiene respuestas absolutas y no se trata de hacer un juicio de valor, si no de cumplir las leyes, cuya existencia reside en la razón y en lo que es o debería ser justo. Aunque parte de la carretera ya fue construida, queda mucho por lo cual seguir resistiendo.

La decisión del Tribunal puede y debe utilizarse como nuevo impuslo. Al final, todo esfuerzo valdrá la pena sabiendo que la destrucción de entornos tan valiosos son un punto sin retorno.

Enlace a la nota original

Victorias de la resistencia de las comunidades indígenas de la Amazonía boliviana

Aspa, 21 de junio de 2019.

Esta es la historia de TIPNIS (un territorio indígena boliviano) y de cómo las comunidades que lo habitan, afectadas por la construcción de una carretera, elevaron su voz hasta llegar al Tribunal Permanente de los Derechos de la Naturaleza.

“Como indígenas en el bosque vivimos felices. Vivimos en nuestra tierra y en nuestro monte, pero una vez que no tengamos este territorio ¿dónde nos vamos a meter? Esta tierra nos la dejaron nuestros tatarabuelos para que nosotros la cuidemos así como ellos la cuidaron en aquel tiempo. Esta es nuestra lucha”. Sara Noza es una mujer indígena boliviana que ha visto la zona donde vive su comunidad, el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), amenazada por la construcción de una carretera, un proyecto que Evo Morales ha llegado a considerar “prioridad nacional” y para el que nunca se consultó a las comunidades afectadas, tal como obliga el convenio 169 de la OIT.

Durante casi 10 años, los pueblos indígenas afectados se han organizado para defender su territorio mediante marchas, protestas e incluso han llevado sus testimonios, como el de Sara, al Tribunal Permanente de los Derechos de la Naturaleza. El Tribunal recientemente ha fallado que “el Estado Plurinacional de Bolivia ha violado los derechos de la naturaleza y de los pueblos indígenas del TIPNIS en calidad de defensores de la Madre Tierra”. Una sentencia que fortalece el movimiento y que, para los hemos luchado junto a las comunidades, supone un gran logro.

El TIPNIS es una zona protegida en la Amazonía boliviana, que ocupa 1,2 millones de hectáreas de gran biodiversidad. En este territorio viven comunidades indígenas que cuidan de la Madre Tierra, los animales y las plantas, con los que mantienen una relación espiritual. Como señala Francisco Temo, de la Comunidad Carmen del Coquinal, “hemos luchado nosotros por mantener esta naturaleza, y por tanto no queremos que sea atropellada. Queremos que se respete porque tenemos todavía los recursos naturales para nuestra subsistencia y para nuestros hijos”.

Este proyecto que hoy, por fin, el Tribunal Permanente de los Derechos de la Naturaleza exige paralizar podría suponer la pérdida de más de 600.000 hectáreas de bosque en 18 años y la desaparición, asimilación o expulsión de las comunidades indígenas. Es algo que ya ha ocurrido en otras ocasiones. Como cuenta Adhemar Mole, presidente de la organización indígena CEPMB, “todos los días vemos cambios en otras regiones, como en Cochabamba, donde se está cultivando coca y destrozando la tierra, dejándola sin vida. Hermanos y hermanas son desplazadas de sus tierras y se ven obligados a mendigar porque ya no disponen de sus tierras”. Frente al discurso gubernamental de que este tipo de megaproyectos traen desarrollo a la zona, testimonios como el de Adhemar evidencian, lo contrario.

Como señaló el propio Tribunal Permanente por los Derechos de la Naturaleza en su fallo, hay “evidencias suficientes en sentido de que la carretera ampliará la deforestación ya presente en el Polígono 7 (una zona en la que actualmente se cultiva coca) y llevará a la expansión de la producción de hoja de coca y la afectación de la biodiversidad y la pérdida de diferentes seres de la naturaleza”. Por eso en el fallo los jueces insisten que el Gobierno de Bolivia “ha incumplido su obligación de respetar, proteger y garantizar los Derechos de la Madre Tierra, según lo establecido en su propio marco jurídico nacional y la normativa internacional”. El testimonio de Teodocia Yubánure, de la comunidad San José de Patrocinio, da cuenta de esa destrucción en la zona del Polígono 7: “No queremos esa carretera porque nos destruye. Los cocaleros están entrando al territorio, están destruyendo la naturaleza, contaminan la tierra y el agua”.

El tribunal anima a Evo Morales, en un contexto de amenazas a la naturaleza y a las comunidades indígenas, a aprovechar la “oportunidad de ser el líder global que proteja los derechos de la naturaleza y de los pueblos indígenas en todas partes. Todo lo que tiene que hacer es poner fin al proyecto de esta carretera letal para el TIPNIS”.

Enlace a la nota original

Autoridades admiten avance de los cultivos de coca en el Tipnis

Servindi, 19 de junio, 2019.

Diversas autoridades de Bolivia confirmaron las aseveraciones del Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza (TIDN) respecto a las limitaciones en el control ambiental y el avance de cultivos de coca en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

La presidenta del Senado, el presidente de la Cámara de Diputados, la viceministra de Medio Ambiente, efectuaron declaraciones respecto a la sentencia del (TIDN) contra el Estado Plurinacional de Bolivia.

El 15 de mayo el tribunal emitió su sentencia donde concluye que el Estado Plurinacional de Bolivia violó los derechos de la Madre Tierra (Ley 71 y 300) y de los pueblos indígenas en calidad de defensores de su territorio.

También vulneró la misma Constitución Política del Estado e hizo caso omiso al mandato de la Declaración de Tiquipaya de 2010. El tribunal formuló una serie de medidas de reparación inmediata que debe asumir el gobierno de Evo Morales.

Las propuestas van desde la paralización inmediata y definitiva de cualquier tipo de avance en la construcción de la carretera por medio del TIPNIS.

El TIDN es una instancia de la sociedad civil, con carácter ético, que tiene como objetivo investigar y dictaminar casos sobre violaciones a los Derechos de la Naturaleza, por la infracción de responsabilidades por parte de organizaciones internacionales, Estados, empresas o individuos.

Entre las principales evidencias que se hallaron es que el 58% de la histórica pérdida de bosques en el TIPNIS está en un radio de 5 km. al rededor de la carretera dentro la zona llamada polígono 7, donde se ubican sindicatos de productores de hoja de coca (Current Biology, 2018).

A ese ritmo se predijo  que el 64% del parque nacional sería deforestado en 18 años si se construye la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos.

En seguida la nota completa elaborada por el archivo documental Isiboro Sécure.

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¿Cuál es la posición del gobierno boliviano respecto a la condena del Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza?

Estas semanas varias autoridades nacionales se pronunciaron respecto a la sentencia del Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza (TIDN) contra el Estado Plurinacional de Bolivia, sobre el caso del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; el presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda; la viceministra de Medio Ambiente, Cinthya Silva; el viceministro de Sustancias Controladas, Felipe Cáceres; el canciller, Diego Pari; además de la diputada Raquel Moye, confirmaron varias de las aseveraciones del TIDN, respecto al avance de cultivos de hoja de coca dentro del parque nacional y daños ambientales, empero también reafirmaron las políticas extractivas del gobierno a nombre de “proyectos de desarrollo”.

Gobierno viola derechos de la naturaleza

El pasado 15 de mayo el tribunal emitió su sentencia en la que concluye que el Estado Plurinacional de Bolivia violó los derechos de la Madre Tierra (Ley 71 y 300) y de los pueblos indígenas en calidad de defensores de su territorio, vulneró la misma Constitución Política del Estado e hizo caso omiso al mandato de la Declaración de Tiquipaya de 2010. El tribunal además formuló una serie de medidas de reparación inmediata que debe asumir el gobierno de Evo Morales. Las propuestas van desde la paralización inmediata y definitiva de cualquier tipo de avance en la construcción de la carretera por medio del TIPNIS hasta la identificación y sanción de los responsables de las violaciones a los derechos humanos en 2011 en Chaparina.

tapa video de lectura sentencia

La sentencia está firmada por 26 juezas y jueces de reconocida autoridad ética y científica respecto a los derechos de la naturaleza, como Vandana Shiva, Tom B. K. Goldtooth, Fernando “Pino” Solanas, Patricia Gualinga, Cormac Cullinan, Enrique Leff, Rita Segato, María Blanca Chancoso, Arturo Escobar y Maristella Svampa, entre otros. El TIDN es una instancia de la sociedad civil, con carácter ético, que tiene como objetivo investigar y dictaminar casos sobre violaciones a los Derechos de la Naturaleza, por la infracción de responsabilidades por parte de organizaciones internacionales, Estados, empresas o individuos, en aplicación de lo establecido en la Declaración de Tiquipaya de 2010.

Entre las principales evidencias que se hallaron es que el 58% de la histórica pérdida de bosques en el TIPNIS está en un radio de 5 km. al rededor de la carretera dentro la zona llamada polígono 7, donde se ubican sindicatos de productores de hoja de coca (Current Biology, 2018). A ese ritmo se predijo  que el 64% del parque nacional sería deforestado en 18 años si se construye la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos.

Reconocen limitaciones ambientales y coca excedentaria

El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, afirmó en primera instancia que el gobierno “tomará nota” de las recomendaciones del tribunal: “Como toda resolución enviada al estado de Bolivia, dentro del derecho nacional e internacional, vamos a dar debida atención a estas resoluciones para que puedan ser consideradas en las políticas nacionales”, afirmó.

articulo la razon viceministraPor su parte, la viceministra de Medio Ambiente, Cynthia Silva, refiriéndose al fallo admitió que existe una deuda ambiental por parte del Estado: “es cierto que falta mucho. Debemos remediar los pasivos ambientales del pasado y evitar la contaminación del presente, avanzar en procesos de transformación ambiental de la industria, la minería y otras actividades”, sostuvo en un artículo publicado en el diario La Razón el 29 de mayo.

El bloque de militantes del partido de gobierno dentro del TIPNIS, a la cabeza de Domingo Nogales, explicó que durante la gestión de Evo Morales “ha habido construcciones dentro del TIPNIS”, pues sin duda las más cuestionadas son los tres puentes de gran tamaño dentro del parque nacional sobre los ríos Isiboro, Ibuelo y Sazama, algo prohibido por la Constitución Política del Estado (CPE). Esta infraestructura viabiliza el avance del tramo II de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos y comenzó a construirse cuando la Ley que prohíbe la carretera estaba vigente.

Sobre las denuncias de avasallamiento de colonos cocaleros, la diputada Ramona Moye (MAS) reconoció que en el TIPNIS actualmente se produce coca: “de que hay coca, hay”, declaró aludiendo al polígono 7 del parque nacional, ocupado por más de 50 sindicatos de productores de hoja de coca: “yo les invito que ustedes vayan a visitarlo y es allá en el lugar donde uno tiene que saber las cosas, si hay o no hay”, se refirió a los medios.

https://twitter.com/pagina_siete/status/1134475857077133312

Respecto a estas declaraciones, el diputado indígena Rafael Quispe aseguró que constató directamente dentro del parque nacional la existencia de permanente actividad del narcotráfico, e incluso pistas clandestinas para el traslado de droga: “nadie puede decir que no existe coca, lo podemos ver satelitalmente, podemos hacerlo con nuestro teléfono ahora: existe coca en el polígono 7 y alrededor existen pistas de aterrizaje, y existe narcotráfico promovido por colonizadores asociados, afiliados a las 6 federaciones”.

La presión mediática sobre el tema hizo que el 12 de junio, el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, confirmara que “en el polígono 7 sí existe registro catastro, que lastimosamente en la nueva Ley General de Coca se beneficia con el cato de coca”, al mismo tiempo explicó que fuera de ese registro “dentro del TIPNIS -que es el parque- sí tenemos información de inteligencia del CEO, que se han detectado la rededor de 15 a 38 hectáreas de nuevos cultivos, plantaditas recientemente”.

Justifican extractivismo

Screenshot_2019-06-18 (97) Adriana Salvatierra - PublicacionesPese a estas evidencias, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra –a través de su página en Facebook-  difundió una reunión que tuvo con militantes del partido de gobierno pertenecientes al polígono 7 y al TIPNIS, en la que le transmiten su “preocupación”: “por el reciente fallo que acaba de emitir el supuesto Tribunal de la Naturaleza en contra del progreso y desarrollo del TIPNIS”.  Salvatierra indica que la sentencia -que busca frenar los impactos de la carretera, en defensa de los derechos de la naturaleza-: “lo único que buscaría este fallo es evitar que los programas del gobierno en beneficio de sus poblaciones continúen”, interpretó, cuando el documento del TIDN no hace referencia a ningún programa social del gobierno, sino a efectos ambientales producto, entre otros, de la deforestación amazónica.

En el mismo sentido, la viceministra Silva añadió que “ni en la Constitución ni en la Ley de Derechos de la Madre Tierra y menos en la Ley Marco de Madre Tierra y Desarrollo Integral se establece que la naturaleza estará intocada y que condenaremos a las comunidades y poblaciones que viven en los bosques a no acceder a los derechos a un desarrollo digno y sustentable”, indicó aludiendo al proyecto carretero parte de la Iniciativa de Infraestructura Regional Sudamericana  (IIRSA), que busca intercomunicar mercados entre Brasil y el Asia, así como hacer carreteras para el tránsito de mercancías, como denuncian investigadores.

A su vez el canciller Diego Pary se refirió a la relevancia del Tribunal – que nació en la cumbre de Tiquipaya en 2010- como “opiniones” de “un grupo que tiene la intención de hacer activismo político”, desmereciendo que los criterios científicos y éticos de un jurado reconocido internacionalmente por su lucha ecologista.

TIPNIS: Justicia para la Madre Tierra

Por: Pablo Solón

Publicado en Animal Político, La Razón, 26/05/2019

Bolivia debería ser un ejemplo en el cumplimiento de los derechos de la Madre Tierra. En 2010 nuestro presidente, con la participación de más de mil invitados internacionales, organizó la cumbre de Tiquipaya que adoptó la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra. A fines de ese año promulgó la Ley 71 que reconoce dichos derechos.

Bolivia fue el país que más promovió a nivel internacional la idea de que para garantizar los derechos humanos es necesario reconocer los derechos de la Madre Tierra. En 2014 un conjunto de personalidades y defensores de la naturaleza, que en su mayoría vinieron a la cumbre de 2010, crearon el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza (TIDN) que tiene un carácter ético y basa sus sentencias en la citada declaración. Según el propio tribunal, “sin ética ningún gobierno, institución o persona puede recuperar la humanidad que -hoy más que nunca- se necesita para evitar el colapso de los ciclos vitales de la Tierra”.

A dos años de haberse presentado al tribunal el caso del TIPNIS, y después de la visita de una comisión a Bolivia para verificar los hechos, el TIDN emitió una sentencia estableciendo que el Estado Plurinacional de Bolivia ha violado los derechos de la naturaleza e incumplido con su obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos de la Madre Tierra.

Los 26 jueces y juezas que suscriben el fallo son o fueron amigos del “proceso de cambio” boliviano. Entre ellos figuran Vandana Shiva de la India, Fernando “Pino” Solanas senador de Argentina, Nnimmo Bassey de Nigeria, Enrique Leff de México, Arturo Escobar de Colombia y Blanca Chancoso presidenta de la Ecuarunari de Ecuador, a quien el presidente Evo Morales conoce desde antes de llegar al gobierno.

Las evidencias que sustentan la sentencia son varias; entre ellas destacan la no realización de Estudios de Evaluación de Impacto Ambiental (EEIA) integral del segundo tramo de la carretera que atraviesa por el corazón del TIPNIS, y tampoco de los tres puentes de gran envergadura construidos en el polígono 7. Así mismo, el tercer tramo de la carretera que en 2010 iba de San Ignacio de Moxos a Monte Grande fue extendido en 2015 hasta Santo Domingo, que está en la parte norte del TIPNIS, sin haber realizado el EEIA de los 48,3 km adicionales. A esto se suma la deforestación ya presente en el polígono 7 del TIPNIS, y -según un estudio del PIEB- el peligro de una deforestación de más de la mitad del TIPNIS por la construcción de la carretera.

Estas gravísimas violaciones a la Ley 1333 de Medio Ambiente eran de conocimiento de las más altas autoridades. En 2010, Juan Pablo Ramos renunció como viceministro de Medio Ambiente negándose a firmar la licencia ambiental para la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos y fue reemplazado por Cynthia Silva Maturana.

Cuando los pueblos indígenas marcharon en 2011 contra la carretera fueron reprimidos en Chaparina. Ante la gran indignación nacional, el gobierno de Evo Morales promulgó la Ley 180 que declara la intangibilidad del TIPNIS y prohíbe la construcción de la carretera. Sin embargo, meses después, aprobó la Ley 222 para llevar adelante una consulta póstuma en la que manipuló el término de intangibilidad para de anular la Ley 180.

En un canal de televisión Álvaro García Linera dijo: “¿Qué significa intangibilidad? Que usted no puede sacar una hoja. Eso es intangibilidad. Que usted no puede levantar una rama. Que usted no puede tocar nada. Es decir, no puede hacer una escuela. No puede perforar para agua potable. Eso es intangibilidad”. Esta tergiversación alucinante del vicepresidente contradice totalmente el Decreto Supremo 1146 de febrero de 2012, que reglamenta la Ley 180 de intangibilidad del TIPNIS. Este decreto no prohíbe nada de lo que afirma García Linera. Las tres prohibiciones expresas que establece son de: “1. Asentamientos humanos externos u ocupación ilegal de tierras al interior del TIPNIS; 2. Autorizar el aprovechamiento forestal maderable con fines comerciales y/o mercantiles; 3. Ejecutar megaproyectos, obras y actividades de gran escala, que provocan y/o pudieran provocar impactos ambientales y cambios socioeconómicos y culturales negativos”.

La sentencia ha puesto en evidencia las violaciones a los derechos de “la selva más hermosa del mundo”, como la calificó el famoso naturalista francés Alcides D’Orbigny, y nos convoca a redoblar esfuerzos para que en Bolivia efectivamente haya justicia para la Madre Tierra.